Tensiones acumuladas entre pandillas de Ecuador finalmente estallaron en las cárceles del país en varias revueltas que dejaron al menos 79 internos muertos, y que las autoridades consideran como los peores motines carcelarios en la historia del país.
Redacción InSight Crime
El 23 de febrero se registraron una serie de ataques coordinados en cárceles de Guayaquil, Cuenca y Latacunga, aparentemente organizados por varias pandillas en contra de miembros de Los Choneros tras el asesinato de su líder en diciembre pasado.
Según estadísticas del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), 37 presos fueron asesinados en dos cárceles de Guayaquil, 34 en Cuenca y ocho en Latacunga. Según los informes, estas tres instalaciones representan el 70% de toda la población carcelaria del país.
En Twitter circularon impactantes videos de cuerpos mutilados y extremidades cortadas, en tanto los familiares de los internos hablaban con la prensa afuera de las prisiones para exigir noticias y una lista de fallecidos.
La violencia fue iniciada por una alianza de cuatro bandas, Los Pipos, Los Tiguerones, Los Chone Killers y Los Lobos, en contra de Los Choneros, el grupo criminal más grande del país, según fuentes de la policía y el SNAI.
El director de rehabilitación del SNAI, Edmundo Moncayo, dijo en conferencia de prensa que, el 22 de febrero, la policía ingresó a la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, y decomisó armas que Los Choneros supuestamente estaban a punto de usar para matar a los líderes de las otras cuatro pandillas.
Como respuesta, según Moncayo, las pandillas lanzaron un ataque preventivo para frustrar la intención de Los Choneros, grupo que había quedado debilitado después de que su líder, Jorge Luis Zambrano, alias “Rasquiña”, fue asesinado a tiros en diciembre pasado, mientras comía en un restaurante.
Se desconoce la forma en que reaccionarán las autoridades después de años de una caótica estrategia de manejo de las cárceles. En junio de 2019, el gobierno lanzó un proyecto para reformar el sistema penitenciario, centrado en mejorar los recursos y la infraestructura dentro de las prisiones y rediseñar las penitenciarías para reducir los riesgos de que se generen actos de violencia.
Pero entre febrero y mayo de 2020, el Ministerio de Economía y Finanzas recortó el presupuesto del proyecto en tres ocasiones distintas, lo que finalmente redujo las finanzas del mismo en más de un 70 por ciento, como señala Primicias.
La violencia carcelaria también es facilitada por la corrupción en los más altos niveles. En octubre de 2020, el director de la Penitenciaría del Litoral, de Guayaquil, Héctor Reyna Vivar, fue arrestado por presunta corrupción y participación en crimen organizado, según Plan V. Supuestamente, el funcionario le ayudó a un importante cabecilla de la pandilla a obtener la liberación anticipada. Otros dos directores de prisiones fueron despedidos este año por mala conducta.
Análisis de InSight Crime
En las cárceles de Ecuador se habían presentado preocupantes brotes de violencia en los últimos meses, pero la coordinación y el alcance de las masacres de esta semana representan una escalada sin precedentes.
Al igual que Paraguay, Ecuador debe añadirse a una lúgubre lista de países latinoamericanos cuyos sistemas penitenciarios se están volviendo cada vez más peligrosos, pues decenas de personas mueren en brotes de violencia de manera regular.
Todo esto era predecible. En la última década, Los Choneros se convirtieron en un grupo con influencia nacional, con control de las rutas de narcotráfico entre los puertos del Pacífico de Colombia y Ecuador y con una fuerte presencia dentro de las principales cárceles del país.
Al interior de las cárceles surgieron diversas pandillas leales a Los Choneros, como Los Tiguerones, Los Chone Killers y Los Lobos. Recientemente, todas estas pandillas se habían unido en una guerra territorial dentro y fuera de la cárcel contra Los Lagartos.
La muerte de Zambrano en diciembre pasado desestabilizó este frágil edificio criminal. Por dicho homicidio, solamente ha sido arrestado un hombre a quien no se le conocen conexiones con ninguna pandilla.
Tras la muerte de Zambrano no surgió ningún remplazo natural para dirigir Los Choneros. Los informes de prensa, con base en inteligencia de la policía, habían señalado un enfrentamiento entre tres hombres: alias “Fito”, un aliado de confianza de Zambrano; alias “JR”, un alto comandante de Los Choneros,; y alias “Ben 10”, que se cree que es el jefe de los Chone Killers.
Si los primeros informes policiales son acertados, las pandillas que se habían aliado con Los Choneros se volvieron contra ellos después de descubrir que todos sus mandos estaban a punto de ser atacados. No se sabe cuántos de los muertos son miembros de Los Choneros, y el hecho de que el grupo tiene alcance nacional puede permitirles recuperarse y tomar represalias. De cualquier manera, es poco probable que este sea el capítulo final de la peor guerra entre pandillas de Ecuador hasta la fecha.