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Construir para Rentar ¿Un Negocio Rentable en Ecuador?

Tiempo de lectura: 3 minutos

Fausto Cabrera

Ingeniero comercial especializado en Finanzas. MBA de la universidad San Francisco de Quito. Master en Liderazgo por escuela de negocios EADA, Barcelona-España. Más de 12 años de experiencia en finanzas, presupuesto y auditoría tanto en el sector público como en el privado, montañista de corazón.


Desde hace unos años, la especulación en el sector de la construcción está tomando un nuevo rumbo con el concepto de “construir para rentar”. En este modelo de negocio las personas naturales o jurídicas con capacidad de pago compran o construyen casas, departamentos o locales específicamente para rentarlos.

Esta estrategia de “comprar para arrendar” ha crecido sustancialmente con grandes fondos de inversión que decidieron apostar hace años por este modelo como alternativa de inversión, en España, por ejemplo, el impulso viene de la mano de organizaciones como Ares y Hines o M&G, Azora, Neinor, Relia, Grupo Lar o Áurea Homes y consultoras inmobiliaras como CBRE, Colliers y Savills Aguirre Newman. Estas empresas junto con otras han detectado las dificultades que vive España en la que la vivienda en propiedad son una realidad a la que cada vez menos ciudadanos tienen acceso.

De la misma manera en Ecuador tenemos varias constructoras que prefieren no vender locales o departamentos ubicados en lugares estratégicos para arrendarlos y buscar rentabilidades menores a corto plazo, pero significativas a largo plazo.

Las crisis económicas de los últimos años (2008 y 2020) golpearon a una población con dificultades para acceder a un mercado laboral contraído; y, en una economía dolarizada, donde el gobierno no tiene el completo control sobre el dinero circulante en el mercado, se compran cada vez menos casas, departamentos o locales, pues pagar una entrada del 20% al 30% es imposible para millones de personas; además, no es conveniente pagar hipotecas sobre activos que a la postre se devalúan mientras que los valores a pagar se mantienen e incluso podrían incrementar por el efecto de las tasas de interés variables.

Se adquieren menos propiedades porque la incertidumbre de la economía ecuatoriana es enorme y continua creciendo, porque aunque se lo puedan permitir, las prioridades son otras para las nuevas generaciones que prefieren a libertad de vivir en diferentes lugares al compromiso de una hipoteca.

Se alquila más de lo que se compra y a los inversores y gestores esto les atrae. Por ejemplo en el 2019 se invirtieron 1.500 millones de euros en España; en 2020, esta cifra llegó a los 2.000 millones. La profesionalización de los alquileres está apostando por la creación de complejos o parques específicamente ideados para atraer a futuros inquilinos, inmobiliarias como Álvarez Bravo, Ekron Constructores, EKS, Proinmobiliaria, Pronobis, Uribe & Schwarzkopf, cuentan con este tipo de proyectos y, en muchos casos, ya tienen la opción de arriendo y no solo venta.

Los inversores no solo ofertan a precios competitivos que sirven para equilibrar la balanza con respecto al mercado de particulares, también ofrecen servicios y comodidades que mejoran la experiencia de los arrendatarios. Piscinas comunitarias, gimnasios, zonas comunitarias privilegiadas, servicio de seguridad y hasta cines. Básicamente, el reclamo para este tipo de viviendas es el de más por menos en ubicaciones atractivas. Para las personas que optan por este modelo de alquiler los costos se diluyen ya que todos estos servicios están incluidos en la renta.

Así podemos ver como un modelo de negocio tradicional ha evolucionado acorde a la situación actual del mercado y economías de crisis, logrando generar niveles de rentabilidad que aunque no son altos como muchos inversionistas ecuatorianos están acostumbrados si son números atractivos en el mediano plazo.

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